¿Educación escolar sobre tatuaje y piercing?

Un tercio de los jóvenes lleva una decoración permanente de la piel. Tatuajes y piercing pueden ser estrategias de superación de conflictos sociales o psicosociales, marcar una pertenencia a un grupo o destacar individualidad. Las complicaciones incluyen infecciones bacterianas y víricas. El tinte de tatuaje puede provocar alergias de contacto o reacciones fotoalérgicas, erupciones liquenoides o granulomatosas y pseudolinfomas. El piercing de la mucosa oral o genital puede resultar en hemorragia, dolor, atrofia, necrosis y daño de nervios con pérdida de sensibilidad. Además, puede favorecer la alergia a Níquel. No deberían hacerse piercing personas que padecen de piel atópica, de enfermedad de Crohn y de Behcet. El riesgo de queloides es de 2%. En el futuro puede ser razonable de incorporar clases escolares de información sobre los riesgos de tatuaje y piercing.